La hernia de hiato es una patología común. La medicina alopática tiene una respuesta, la integrativa, otra. ¿Con cuál te quedas?

La fisiología de la hernia de hiato

Es una patología frecuente, que se produce en personas sanas, en la que la parte alta del estómago se abulta a través de una abertura al diafragma. Este tiene un pequeño orificio, por donde transcurre el esófago antes de unirse al estómago.

Cuando padeces hernia, el estómago empuja hacia arriba, para pasar por éste orificio al tórax.

Si es pequeña, puede que ni sepas que la tienes. Pero si es  grande, puede ocasionar molestias, y hasta requerir cirugía.

Los síntomas que ocasiona son acidez estomacal, regurgitación de líquidos o sólidos, reflujo ácido, dificultad para tragar, problemas respiratorios.

Es en ocasiones una condición congénita, por lo que no tiene forma de prevenirse. En adultos, el sobrepeso, la obesidad, los malos hábitos alimenticios, el estilo de vida sedentario, o el tabaquismo pueden ser motivos de padecerla.

Tratamiento convencional, versus integrativo

El médico alopático, después de realizar las pruebas diagnósticas pertinentes, te propondrá una medicación para controlar sus síntomas.

Bajo nuestro punto de vista,  los síntomas son una forma que tiene el organismo de indicarnos que algo no está bien. Si lo acallamos sin más, si no tomamos medidas que de verdad corrijan la situación, el perjuicio para el cuerpo será cada vez peor.

Tratamiento integrativo

El especialista del aparato digestivo debe interesarse por la dieta,  por el adecuado tránsito intestinal, por el mundo emocional.

Por lo que me iría del consultorio de todos los médicos tradicionales, que no se han “subido al carro” de que en el organismo todo está relacionado.

Hacer un adecuado diagnóstico es el primer paso. El segundo sería un cambio en los hábitos de vida y alimenticios.

  • Evitar comidas excesivamente abundantes.
  • No comer antes de acostarse. Elevar 15 cm la almohada para mejorar la posición.
  • Evitar alimentos que nos sienten mal: lácteos, picante, fruta que no esté madura, azúcar, y (evitar sodas, colas, y demás), tomates, naranja, (su zumo es ácido).
  • No comer embutidos, ni comidas excesivamente grasas.
  • El alcohol, el café y el té, hay que evitarlos.
  • Los cítricos, no favorecen.
  • No consumir productos prefabricados, envasados.

Sin embargo, serán buenos:

  • La patata, asada, hervida, el jugo de patata.
  • Si te van bien los lácteos, que sean desnatados.
  • Las compotas.
  • Los pescados blancos, la carne magra.
  • Mantenerse en el peso adecuado.
  • Tomar sopas, caldos de hueso.
  • Aloe vera, cúrcuma.
  • Arroz, quinoa.

 

 

Nuestro tratamiento, además, propondría una suplementación para mejorar los síntomas, si es que se requiere de:

Laboratorio Hifas da Terra:

Los tratamientos con hongos tienen propiedades benéficas, aportan enzimas, prebióticos, antibióticos naturales, vitaminas del grupo B, minerales, como el selenio y el zinc, aminoácidos esenciales y nutrientes que colaboran en la homeostasis del organismo.

Específicamente, hay dos productos que serían de ayuda en el caso de la hernia de hiato:

Mico Leo, hecha a base de un hongo llamado Melena de León, con propiedades beneficiosas a muchos niveles, desde pérdida de memoria y problemas a nivel cognitivo, a enfermedades gástricas. Es un regenerador del tejido nervioso y del epitelio gástrico e intestinal.

Es recomendable para el sistema inmunitario, digestivo y nervioso.

Hericium, que tiene propiedades beneficiosas a nivel digestivo, para dispepsias, intolerancias alimentarias, estrés digestivo.

El tratamiento debe ser por un mínimo de 180 días.

Cualquier tratamiento debe realizarse bajo supervisión médica.

Cuál es la diferencia entre los dos tratamientos

Sencillamente, el tratamiento integrativo lleva a un control o curación completa del síntoma, no intenta disfrazarlo, o disimularlo para poder seguir haciendo lo de siempre sin alterar nuestras malas costumbres.

Cuenta con la responsabilidad de la persona que padece la patología. Sabes, que si quieres mejorar, tú eres quien debe saber escuchar a tu cuerpo, y dejar de hacer lo que le perjudica.

Si notas que cada vez que te tomas un bizcocho, p.e., te sienta mal, no queda otra: deja de comerlo. A veces, dejándolo un tiempo, el organismo se recupera y puedes volver a consumirlo, otras, no.

Si un día te saltas todas tus buenas costumbres, no pasa nada. Sencillamente, al día siguiente, vuelves a ello.

Los medicamentos farmacéuticos, inhiben reacciones del cuerpo. La suplementación con hongos, que proponemos son sustancias orgánicas. Son más afines  a nuestra fisiología. Tienen propiedades que sanan, regeneran, no buscan inhibir ninguna reacción del cuerpo.

A la larga, la diferencia está clara. Yo no lo dudaría. Aunque implique más sacrificio por nuestra parte. Es que cuando queremos que algo cambie, no podemos empeñarnos en seguir haciendo lo mismo de siempre.

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