La llegada de las nuevas tecnologías ha mejorado nuestras vidas, pero ¿qué ocurre cuando el uso se convierte en abuso y en una posible adicción? Por primera vez en 2018 el Ministerio de Sanidad incluyó las adicciones a las nuevas tecnologías dentro del Plan Nacional de Adicciones. Las cifras son preocupantes, sobre todo entre los más jóvenes: el 18% de adolescentes de edades comprendidas entre los 14 y los 18 años realiza un uso abusivo de las nuevas tecnologías. Desde el área Mind de Blue Healthcare, la Dra. Marina Díaz Marsá nos explica algunos de los síntomas típicos de una adicción digital: “Hay una sensación de pérdida de control, en la que el sujeto enganchado prioriza el juego o el uso de Internet y redes sociales a sus obligaciones básicas del día a día. A pesar de las consecuencias de abandonar las obligaciones, el comportamiento adictivo se mantiene.”
La Dra. Díaz Marsá, sin embargo, insiste en que se debe diferenciar entre el uso abusivo e irresponsable de las nuevas tecnologías y un comportamiento adictivo. Hay extremos que, incluso, requieren de internamiento en un centro sanitario. “Hay que analizar cada caso, una adicción es una cosa muy seria, no todos los que abusan del uso de las tecnologías son adictos.”
“Los padres deben poner límites y ejercer cierto control en cuanto al tiempo de conexión de sus hijos; además, deben permanecer atentos ante cualquier situación que pueda ser síntoma de adicción”, agrega la doctora. Concretamente, el móvil es parte del día a día de los jóvenes ya desde el inicio de su adolescencia: son una plataforma que los chicos y chicas utilizan para casi todo. Sin embargo, las adicciones suelen venir de un tipo de juego o app que refuerza una conducta repetitiva: juegos basados en competir, los que mandan mensajes para que sigas jugando, etc. Ya hay estudios que han probado que estos juegos y apps activan los circuitos cerebrales de recompensa y refuerzo, lo que supone un chute de dopamina, que hace que
se quiera repetir. Sobre la relación entre adicción a nuevas tecnologías y adicción a otras sustancias, aún no se han realizado estudios concluyentes. Sin embargo, se ha encontrado asociación entre el uso problemático de videojuegos y aumento de consumo de alcohol, nicotina y cannabis entre jóvenes y adolescentes.
Asimismo, aunque no exista una adicción como tal, sí se relaciona el uso abusivo de las nuevas tecnologías y del móvil con la existencia de otros problemas como trastornos de ansiedad, impulsividad, depresión, más dificultades para tolerar la frustración e irritabilidad. También se han encontrado jóvenes que presentaban hiperactividad. La Dra. Díaz Marsá explica que “debemos estar atentos si notamos cambios significativos en el estado de ánimo de nuestros hijos, si les notamos excesivamente irritables, si percibimos una bajada del rendimiento en sus estudios, si nos mienten acerca del tiempo de uso, si llegan a privarse de sueño por jugar o si dejan de salir con sus amigos o de realizar actividades de las que antes disfrutaban.” Respecto a los rasgos de la personalidad, los estudios realizados indican una cierta asociación entre la adicción a las nuevas tecnologías y rasgos evitativos y antisociales: “El joven se aísla en un mundo paralelo en el que se siente seguro y gana autoestima bajo un perfil falso.” La adicción a las nuevas tecnologías es un fenómeno muy nuevo. A la espera de los próximos estudios y ensayos, lo que sí está claro es que se trata de un problema que va en aumento. Si bien es cierto que las nuevas tecnologías han sido creadas para facilitarnos nuestro día a día, también es verdad que el abuso de estas puede tener efectos muy negativos en nuestras vidas y en nuestra conducta.
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